una e x p l o s i ó n nuclear

Y estás ahí, justo al frente mío. Y hablamos. Conversamos de situaciones muy tontas, no me miras. Desvías la mirada o miras un punto fijo, yo, trato de mirarte a la cara, a los ojos. Tus ojos, enormes, dos cucharadas de café, sorbos que no quiero dejar de probar, entonces.. derrepente, me miras y no dejas de hacerlo, hasta que el momento se 
 c 
   o
      r 
         t 
           a.

Estás ahí, justo en frente mío, yo tratando de seguir conversando, tratando se seguir escuchándote, tratando de seguir, mirándote.

Me pongo a hacer algo, escribo, rallo, hablo sola, trato de hacer memoria, decirte lo que se me viene a la mente, para que me sigas conversando. Y cuando los minutos avanzan y la hora se acaba, no me queda nada. 

¡El momento se está acabando!

Y sigo pensando en eso, que falta poco, pero lo disfruto, lo conservo y estoy feliz  feliz de volver a tener un momento contigo, sola contigo, n u e s t r a c o n v e r s a c i  ó n .
Me tiento, me desespero, antes hacía y deshacía contigo, es raro, miro a la ventana de la sala, te pienso, te pienso conmigo, te conozco tanto, ¡¡¡te conozco tanto!!! y no puedo tocarte. Ni las manos, ni la cara, ni los labios, ni mirarte, ni  abrazarte, no puedo. Ah pero cuanto quisiera. No puedo.

Y sí, alguna vez fuiste mío, totalmente mío, y podía apreciarte y decírtelo. En cambio ahora miro tus movimientos y me los callo, me los guardo, porque no puedo decírtelos. No puedo decirte como mueves el lápiz, como pierdes la mirada, como tocas tu pelo, como frunces el ceño, como hablas, como, como..


Analicia * hoy me abrasaste.